Casa Alberto la taberna casi bicentenaria
Gastronomía madrileña tradicional desde 1827
Casa Alberto se fundó en 1827, es decir, apenas le quedan 4 años para ser un restaurante bicentenario, un lugar verdaderamente lleno de historia en Madrid. El anterior edificio, ubicado en donde está actualmente la taberna, fue donde vivió Miguel de Cervantes. La estancia más antigua del edificio es una cueva, excavada en el siglo XVI donde se guardan bebidas y otros menesteres. Se dice que en ese lugar, anteriormente, existía un pasadizo subterráneo que unía los edificios de la calle.
A finales del siglo XIX el Museo del Prado, los cafés, músicos callejeros, floristas y teatros daban gran dinamismo a la zona, y la gente solía ir a tomar algo al barrio, por lo que Casa Alberto se popularizó mucho en esa época.
En 1924 la taberna vivió maravillosos años, donde gente chic, oficinistas y paseantes disfrutaban del lugar y su gastronomía. El vermut se fue haciendo poco a poco un espacio entre los madrileños y el marisco comenzó a ser traído a Madrid gracias al ferrocarril, manteniendo así su frescura y permitiendo servir almejas guisadas, ostras, cangrejos cocidos y más.
No todos los años fueron de gloria para la taberna, hablamos de casi 200 años, por lo que pasó la guerra civil española y la posguerra donde lo único que sobraba era la escasez de alimentos. Ya a partir de los años 50 lo más demandado por los madrileños eran vinos, botellines, bacalao seco, caldo y huevos duros, lo que no era sencillo encontrar.
Son muchas las personalidades que han cruzado las puertas de la taberna, como por ejemplo, Enrique Castellón Vargas “El Príncipe Gitano”, quien frecuentaba el lugar. Además, a veces abrían hasta la madrugada cuando habían funciones de teatro, así los actores podían pasar a tomar y comer algo entre una función y otra, lo que fue muy bien acogido por estos y la gente de la zona. Hoy en día sigue siendo el centro de reunión de aficionados y profesionales taurinos, así como de literatos y dramaturgos.
Actualmente una de las preocupaciones más grandes de Casa Alberto es mantener el sabor de siempre, adaptándose a las exigencias de los clientes. En la taberna se pueden degustar platos genuinamente madrileños y manjares de antaño con los sabores de nuestra infancia, como los callos, los caracoles o el bacalao preparados a la madrileña, manitas de cordero, rabo estofado, carrillada de ternera o albóndigas de ternera. También los platos más modernos como el pulpo con mollejas de ternera y reducción de carne o las alcachofas confitadas con velo ibérico.
Es un orgullo para todos los madrileños seguir conservando un lugar como este en nuestra ciudad para el disfrute de todos, ya que es una parte de nuestra historia que hoy podemos visitar libremente y vivir una verdadera experiencia gastronómica como en antaño. Si quieres descubrir más de Casa Alberto, entra aquí